No sé ustedes, pero yo ya estoy hasta la madre de las numerosas campañas "concientizadoras" volcadas en imágenes violento-pasivas que a modo de frase-motivadora-con-cara-seria-de-MichelleObama difunden mensajes cargados de sesgos políticos, raciales, sexuales, étnicos y de clase a través de un imaginario potenciado por la ola de mensajes que desde un enfoque de alineación ideológica y un sesgo moral, genera modelos no sólo hipócritas, sino completamente inflexibles en torno a las estructuras que (dependiendo de quién suba la foto) deben regir el mundo.
Con la campaña de "En un mundo paralelo", hombres con cara seria acusan a las mujeres de violentarlos a través de estereotípicas situaciones sociales en donde el hombre se ve victimizado por las decisiones o intereses de una mujer que lo objetiviza a nivel de pene, asegurando que el único móvil de sociabilidad de las mujeres es el dinero o la conveniencia personal.
En una contra-campaña, miembros de IGEA (Instituto del Género y Educación Avanzada) respondieron cada imagen con fotografías con la misma cara seria y con "su" propio orden estructural del mundo. Y es que, sin querer entrar a una discusión sobre violencia de género, me da la impresión de que en esta producción visual-discursiva (y en todas las pinches fotitos de alguien con un letrero "serio") se esconde un eje sociocultural que tiende más a levantar polvo, que a disipar la discusión. Según yo, hay una matriz de mismidad-alteridad en estas acusaciones que establecen el eje donde deben situarse todas las cosas del mundo. Eso de "concientizar" desde mi construcción de mundo recae precisamente en la alineación de todo lo demás, incluyendo personas y otras formas de pensar, que obvio, no son las mías y que por ende, están mal.
Cada que abro el Facebook me encuentro con una serie de construcciones discursivas que me indican qué "debo" pensar y qué no; y porqué si pienso lo que pienso estoy en un error. Contundentes discursos sobre porqué estoy "mal" en ámbitos de mi vida: cómo debería lucir, hablar, comer, conducirme y específicamente, en qué creer. Y no es que me rehúse a montarme a trenes del mame (como si no lo hiciera cotidianamente), sino que esta mensajería se dicta desde el esquema de sentido de lo propio con respecto a lo ajeno, a lo que no cuadra en "mi" esquema de sentido.
Sin embargo, esto no me molesta... lo que me inquieta mucho son los nichos socioculturales y de clase desde los cuales se construyen estos "ideales" de la modernidad, los cuales no aportan a una discusión formal que apunte al abordaje de problemas sociales específicos, sino que buscan confirmar y anunciar la plataforma moral desde la cual se genera el discurso y cómo este se ha de imponer a otros órdenes cognitivos porque "así debe de ser". Es como cuando subes la foto del que te atacó en la calle pero nunca pones una denuncia en el MP.
Estas imágenes no resuelven nada. Más allá de concientizar en torno a la realidad, dan mucho de qué hablar del orden sociocultural desde donde emergen y cómo a través de la mediatización de su experiencia, disparan balas morales que buscan matar a todos los que no pensemos como aquella persona que las publicó.
Insisto: estoy hasta la madre de todas estas imágenes y de cómo son consumidas como órdenes valorativos del mundo, así como criterios inamovibles de cómo "debe" ser el mundo. No suban fotos así, chavos